La Antártica Chilena: un territorio de interés científico, geopolítico y ambiental

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La Antártica Chilena o Territorio Chileno Antártico es el nombre que Chile da a un sector de la Antártida, entre los meridianos 53° O y 90° O, que reclama como parte integrante de su territorio. Este sector abarca una superficie de 1 250 257 km² e incluye las islas Shetland del Sur, la península Antártica y varias islas e islotes adyacentes. La Antártica Chilena tiene una gran importancia para el país y para el mundo, desde el punto de vista científico, geopolítico y ambiental. En este artículo se analizarán los principales aspectos de este territorio, su historia, su administración, su geografía, su población y sus desafíos.

Historia

La historia de la Antártica Chilena se remonta a los primeros avistamientos y exploraciones de la región antártica por navegantes españoles, británicos, rusos y estadounidenses, entre los siglos XVIII y XIX. Sin embargo, fue en el siglo XX cuando Chile comenzó a manifestar su interés y presencia en el continente blanco, mediante expediciones científicas, militares y civiles, la instalación de bases permanentes y temporales, la emisión de sellos postales y documentos oficiales, la promulgación de leyes y decretos que definieron sus límites y su administración, y la participación activa en el Tratado Antártico y en otros acuerdos internacionales relacionados con la Antártida.

La argumentación chilena respecto de sus derechos antárticos se basa principalmente en consideraciones históricas, jurídicas y geográficas. Entre los argumentos históricos se encuentran los títulos derivados de la Corona española, que otorgaban a Chile la soberanía sobre las tierras situadas al sur del estrecho de Magallanes; las expediciones realizadas por chilenos o con participación chilena a la Antártida desde fines del siglo XIX; la ocupación efectiva y continua del territorio mediante el establecimiento de bases e instalaciones; y el ejercicio de actos de autoridad y administración sobre el territorio y sus habitantes. Entre los argumentos jurídicos se encuentran los tratados internacionales que reconocen o respetan los derechos chilenos sobre la Antártida, como el Tratado Antártico de 1959, el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente de 1991 y el Tratado de Paz y Amistad con Argentina de 1984. Entre los argumentos geográficos se encuentran la proximidad geográfica entre Chile y la Antártida; la continuidad geológica entre la cordillera de los Andes y la península Antártica; la influencia climática y oceanográfica que ejerce la Antártida sobre Chile; y la existencia de una plataforma continental submarina que une ambos territorios.

Administración

La Antártica Chilena forma parte del Estado de Chile y está sometida a su jurisdicción y legislación. Sin embargo, su administración está condicionada por el Tratado Antártico y sus protocolos adicionales, que establecen un régimen especial para la región antártica. El Tratado Antártico fue firmado en 1959 por doce países, incluido Chile, que tenían intereses o actividades en la Antártida. El tratado entró en vigor en 1961 y actualmente cuenta con 54 partes consultivas (con derecho a voto) y 25 partes no consultivas (sin derecho a voto). El tratado tiene como objetivos principales garantizar el uso pacífico de la Antártida; fomentar la cooperación internacional en materia científica; suspender las reclamaciones territoriales o el establecimiento de nuevas reclamaciones; prohibir las actividades militares

Tratado Antártico

El Tratado Antártico es el principal instrumento jurídico que regula las actividades en la Antártida y que establece un régimen especial para este continente. El tratado fue firmado en Washington D. C., el 1 de diciembre de 1959, por doce países que tenían intereses o presencia en la Antártida: Argentina, Australia, Bélgica, Chile, Estados Unidos, Francia, Japón, Noruega, Nueva Zelanda, Reino Unido, Sudáfrica y Unión Soviética. El tratado entró en vigor el 23 de junio de 1961 y actualmente cuenta con 54 partes consultivas (con derecho a voto) y 25 partes no consultivas (sin derecho a voto).

El Tratado Antártico tiene como objetivos principales garantizar el uso pacífico de la Antártida; fomentar la cooperación internacional en materia científica; suspender las reclamaciones territoriales o el establecimiento de nuevas reclamaciones; prohibir las actividades militares y las pruebas nucleares; y preservar el medio ambiente antártico. El tratado tiene una vigencia indefinida y puede ser modificado por la unanimidad de las partes consultivas o por una mayoría de dos tercios en una conferencia convocada al efecto.

El Tratado Antártico es el eje central del Sistema del Tratado Antártico (STA), que comprende también otros acuerdos relacionados con la Antártida, como la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (1972), la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980), el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (1991) y sus anexos, y las medidas adoptadas por las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA) y las Reuniones de las Partes del Protocolo (RPP).

Las RCTA son el principal órgano de decisión del STA y se reúnen anualmente en forma rotativa entre las partes consultivas. En estas reuniones se discuten y adoptan medidas, recomendaciones y resoluciones sobre diversos temas relacionados con la Antártida, como la cooperación científica, el turismo, la pesca, la protección ambiental, la gestión de residuos, las áreas protegidas, la inspección y el control. Las RPP son reuniones que se realizan conjuntamente con las RCTA para tratar los asuntos específicos del Protocolo sobre Protección del Medio Ambiente.

El STA cuenta también con otros órganos e instituciones que apoyan su funcionamiento, como el Comité para la Protección del Medio Ambiente (CPA), el Comité Científico para la Investigación en la Antártida (SCAR), el Comité Científico para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA), el Consejo de Administradores de Programas Antárticos Nacionales (COMNAP), la Secretaría del Tratado Antártico (STA) y el Tribunal Permanente del Sistema del Tratado Antártico (TPSTA).

El STA es un modelo único de gobernabilidad internacional que ha permitido preservar la Antártida como una zona de paz, ciencia y cooperación, respetando los intereses y derechos de todos los estados involucrados. El STA ha contribuido también a generar conocimiento científico sobre la Antártida y su rol en el sistema global, así como a proteger su rica biodiversidad y sus recursos naturales. Sin embargo, el STA enfrenta también desafíos y amenazas derivados del cambio climático, la presión humana, la competencia económica y la falta de consenso sobre algunos temas sensibles. Por ello, se requiere un compromiso permanente y renovado de todas las partes para asegurar la vigencia y efectividad del STA en beneficio de la Antártida y de toda la humanidad.

Geografía y clima

La Antártica Chilena tiene una geografía muy diversa y compleja, que incluye desde islas e islotes hasta montañas y glaciares. Su relieve está determinado por la presencia de la cordillera Antártica, que se extiende a lo largo de la península Antártica y sus ramificaciones, y por la meseta Antártica, que ocupa la mayor parte del interior del continente. La costa es muy recortada e irregular, con numerosos fiordos, bahías, ensenadas y canales. Entre las principales islas e islotes se encuentran las islas Shetland del Sur, la isla Alejandro I, la isla Charcot, la isla Decepción, la isla Livingston, la isla Rey Jorge y la isla Elefante.

El clima de la Antártica Chilena es muy frío y seco, con temperaturas medias anuales que oscilan entre -10°C y -60°C. El clima varía según la latitud, la altitud y la proximidad al océano. Según la clasificación climática de Köppen, se distinguen al menos cuatro tipos de clima: el clima polar de hielo (EF), que predomina en la mayor parte del territorio; el clima polar de tundra (ET), que se presenta en las zonas costeras más bajas y en algunas islas; el clima oceánico subpolar (Cfc), que se da en las islas Shetland del Sur; y el clima oceánico (Cfb), que se encuentra en algunas zonas de la península Antártica. La precipitación es escasa y suele caer en forma de nieve o granizo. Los vientos son fuertes y constantes, especialmente en las zonas expuestas al océano.

La Antártica Chilena tiene una gran riqueza natural y una alta biodiversidad, a pesar de las condiciones climáticas extremas. Su flora está compuesta principalmente por líquenes, musgos y algas, que crecen en las zonas más húmedas y protegidas. Su fauna incluye diversas especies de aves marinas, como pingüinos, petreles, albatros y gaviotas; mamíferos marinos, como focas, lobos marinos y ballenas; peces e invertebrados marinos, como krill, calamares y estrellas de mar; e insectos terrestres, como colémbolos y ácaros. La Antártica Chilena alberga también varios sitios de interés geológico, histórico y cultural, como el volcán Decepción, el glaciar Collins, el cabo Shirreff, el refugio González Videla y el monumento a Bernardo O’Higgins.

Población y bases de la Antártica Chilena

La Antártica Chilena tiene una población muy reducida y dispersa, que se concentra principalmente en las bases y refugios que Chile mantiene en el territorio. Según el censo de 2017, la comuna Antártica tiene 138 habitantes en 17 viviendas, lo que la convierte en la comuna menos poblada de Chile. La mayoría de los habitantes son funcionarios civiles o militares que realizan labores científicas, logísticas o administrativas, y sus familias. La comuna Antártica no tiene una municipalidad propia, sino que depende de la municipalidad de Cabo de Hornos, ubicada en Puerto Williams.

Chile cuenta con seis bases permanentes y siete bases temporales en la Antártica Chilena, que son operadas por distintas instituciones públicas, como el Instituto Antártico Chileno (INACH), el Ejército de Chile, la Armada de Chile y la Fuerza Aérea de Chile. Estas bases son:

  • Base Naval Antártica Capitán Arturo Prat: es la primera base antártica chilena y la más antigua del continente. Fue inaugurada el 6 de febrero de 1947 como estación meteorológica y radiotelegráfica Soberanía. Está ubicada en la península Guesalaga, caletón Iquique, bahía Chile o bahía Discovery de la isla Greenwich en las islas Shetland del Sur. Es operada por la Armada de Chile y tiene una dotación de 9 personas en invierno y hasta 27 personas en verano.
  • Base Militar Antártica General Bernardo O’Higgins Riquelme: es la segunda base antártica chilena y la primera en la península Antártica. Fue inaugurada el 18 de febrero de 1948 y remodelada y reinaugurada el 4 de marzo del 2003. Está ubicada en la rada Covadonga, península Schmidt, cabo Legoupil de la península Trinidad en la península Antártica. Es operada por el Ejército de Chile y tiene una dotación de 21 personas en invierno y 40 en verano.
  • Base Aérea Presidente Eduardo Frei Montalva: es la tercera base antártica chilena y la más grande del continente. Fue inaugurada el 8 de febrero de 1969 como base Teniente Rodolfo Marsh Martin. Está ubicada en el islote Rey Jorge o isla 25 de Mayo, frente a las costas septentrionales de la isla Livingston en las islas Shetland del Sur. Es operada por la Fuerza Aérea de Chile y tiene una dotación de 150 personas en invierno y hasta 250 personas en verano.
  • Base Científica Antártica Profesor Julio Escudero: es la cuarta base antártica chilena y la primera dedicada exclusivamente a la investigación científica. Fue inaugurada el 29 de marzo de 1995 como base Profesor Julio Escudero. Está ubicada junto a la base Frei Montalva, en el islote Rey Jorge o isla 25 de Mayo. Es operada por el INACH y tiene una dotación de 20 personas en invierno y hasta 40 personas en verano.
  • Base Antártica Presidente Gabriel González Videla: es la quinta base antártica chilena y la única ubicada al sur del círculo polar antártico. Fue inaugurada el 21 de febrero de 1951 como refugio naval Pedro Aguirre Cerda. Está ubicada en bahía Paraíso, costa Danco, península Antártica. Es operada por la Armada de Chile y tiene una dotación de 12 personas en invierno y hasta 20 personas en verano.
  • Base Científica Yelcho: es la sexta base antártica chilena y la más reciente. Fue

Desafíos de la Antártica Chilena

La Antártica Chilena enfrenta diversos desafíos para el presente y el futuro, que requieren de una visión estratégica y una acción coordinada entre los distintos actores nacionales e internacionales involucrados. Entre estos desafíos se pueden mencionar los siguientes:

  • El cambio climático: la Antártida es una de las regiones más sensibles y vulnerables al cambio climático, que afecta tanto a su estabilidad física como a su biodiversidad. El aumento de la temperatura, el derretimiento de los hielos, el aumento del nivel del mar, la acidificación del océano y la alteración de los ecosistemas son algunos de los efectos observados y proyectados del cambio climático en la Antártida. Estos efectos tienen implicancias globales, ya que la Antártida juega un rol clave en la regulación del clima y el ciclo hidrológico del planeta. La Antártica Chilena debe adaptarse a estos cambios y contribuir a mitigar sus causas y consecuencias, mediante la investigación científica, la cooperación internacional, la educación ambiental y la gestión sustentable de los recursos.
  • La presión humana: la Antártida es cada vez más visitada y explotada por actividades humanas, como la investigación científica, el turismo, la pesca y la minería. Estas actividades generan beneficios económicos, sociales y culturales, pero también implican riesgos y amenazas para el medio ambiente y la paz antárticos. La Antártica Chilena debe regular y fiscalizar estas actividades, de acuerdo con el marco jurídico del Sistema del Tratado Antártico (STA) y los principios de protección ambiental, uso racional y precautorio de los recursos. Asimismo, debe promover el desarrollo de actividades sustentables y responsables, que respeten los valores e intereses de todos los actores antárticos.
  • La competencia económica: la Antártida posee una gran riqueza natural y potencial económico, que atrae el interés y la ambición de diversos países y empresas. Los recursos naturales antárticos incluyen recursos vivos (peces, krill, algas), recursos minerales (petróleo, gas, carbón, hierro) y recursos hídricos (agua dulce). Estos recursos son objeto de exploración, explotación o especulación por parte de distintos actores económicos, que buscan obtener beneficios o ventajas competitivas. La Antártica Chilena debe defender sus derechos e intereses sobre estos recursos, en el marco del STA y del derecho internacional. Además, debe participar activamente en los mecanismos de cooperación y gobernabilidad antárticos, que buscan garantizar una distribución equitativa y justa de los beneficios derivados de estos recursos.
  • La falta de consenso: la Antártida es un espacio de cooperación y diálogo entre los países que participan en el STA, pero también es un espacio de conflicto y divergencia entre los países que tienen reclamaciones territoriales o intereses contrapuestos. Los temas más sensibles y polémicos son los relativos a la soberanía territorial, el estatus jurídico del continente, el uso de los recursos naturales y la protección del medio ambiente. Estos temas generan tensiones y desacuerdos entre los países antárticos, que dificultan el avance y la efectividad del STA. La Antártica Chilena debe mantener su posición firme y coherente sobre estos temas, basada en argumentos históricos, jurídicos y geográficos. Al mismo tiempo, debe buscar soluciones pacíficas y negociadas con los otros países antárticos, que permitan preservar el espíritu y los objetivos del STA.

Política Antártica Nacional de Chile

La Política Antártica Nacional de Chile es el documento orientador del quehacer antártico de Chile y descansa en una larga tradición de vinculación con la Antártica. Esta vinculación es histórica, geográfica, jurídica y diplomática, y se profundiza a través de una historia continua de actividad pública y privada en esa zona del mundo. La Política Antártica Nacional tiene como primer objetivo y tarea permanente, proteger y fortalecer los derechos antárticos de Chile, con claros fundamentos geográficos, históricos y jurídicos. Asimismo, tiene como propósito contribuir al desarrollo nacional y regional, mediante el fomento de la investigación científica, la cooperación internacional, la educación ambiental y la gestión sustentable de los recursos antárticos.

La Política Antártica Nacional fue aprobada por el Consejo de Política Antártica el 16 de marzo de 2021, en el marco de la entrada en vigor de la ley N° 21.255, que establece el Estatuto Chileno Antártico. Este estatuto regula las competencias y funciones del Estado chileno en la Antártica, así como los derechos y deberes de las personas naturales y jurídicas que realicen actividades en ese territorio. El estatuto también crea el Tribunal Permanente del Sistema del Tratado Antártico, que tiene como función resolver las controversias que surjan entre las partes del Sistema del Tratado Antártico (STA) respecto de la interpretación o aplicación de los instrumentos que lo conforman.

La Política Antártica Nacional se basa en los principios y normas del STA, que es el marco jurídico internacional que regula las actividades en la Antártida y que establece un régimen especial para este continente. El STA tiene como objetivos principales garantizar el uso pacífico de la Antártida; fomentar la cooperación internacional en materia científica; suspender las reclamaciones territoriales o el establecimiento de nuevas reclamaciones; prohibir las actividades militares y las pruebas nucleares; y preservar el medio ambiente antártico. El STA cuenta con otros acuerdos relacionados con la Antártida, como la Convención para la Conservación de las Focas Antárticas (1972), la Convención para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980), el Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente (1991) y sus anexos, y las medidas adoptadas por las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico (RCTA) y las Reuniones de las Partes del Protocolo (RPP).

La Política Antártica Nacional se estructura en cuatro ejes estratégicos:

1) Soberanía;

2) Ciencia;

3) Medio ambiente;

4) Desarrollo regional.

Cada eje estratégico contiene una visión, un objetivo general, objetivos específicos e indicadores. La implementación de la Política Antártica Nacional se realiza mediante el Plan Estratégico Antártico, que es el instrumento que sistematiza y prioriza las actividades antárticas nacionales e internacionales, orientadas al cumplimiento de los objetivos de la Política Antártica Nacional. El Plan Estratégico Antártico se formula cada cinco años por el Consejo de Política Antártica y se actualiza anualmente por el Comité Ejecutivo del Consejo.

La Política Antártica Nacional es un componente esencial del sistema antártico nacional, y provee lineamientos generales para resguardar los derechos e intereses de Chile en la Antártica, dando además eficacia a la implementación de los principios y normas del STA, y orientando el ejercicio de las competencias del Estado chileno en el continente, particularmente en el Territorio Chileno Antártico y los espacios marítimos circundantes.

Ejes estratégicos de la Política Antártica Nacional de Chile

La Política Antártica Nacional de Chile se estructura en cuatro ejes estratégicos, que son:

  • Soberanía: este eje tiene como objetivo proteger y fortalecer los derechos antárticos de Chile, con claros fundamentos geográficos, históricos y jurídicos. Para ello, se busca mantener una presencia efectiva y permanente en el Territorio Chileno Antártico y sus espacios marítimos adyacentes; participar activamente en los mecanismos del STA; promover el reconocimiento internacional de la posición chilena; y resguardar la seguridad e integridad de las personas y bienes que realizan actividades en la Antártica.
  • Ciencia: este eje tiene como objetivo fomentar la investigación científica de excelencia y relevancia en la Antártica, que contribuya al desarrollo nacional y regional, al conocimiento global y a la toma de decisiones informadas. Para ello, se busca fortalecer el Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN); impulsar la cooperación científica nacional e internacional; desarrollar infraestructura y logística científica adecuada; formar capital humano especializado; y difundir los resultados y beneficios de la ciencia antártica.
  • Medio ambiente: este eje tiene como objetivo proteger el medio ambiente antártico y sus ecosistemas dependientes y asociados, que son patrimonio natural de la humanidad y fuente de servicios ecosistémicos. Para ello, se busca implementar las normas y principios del Protocolo al Tratado Antártico sobre Protección del Medio Ambiente y sus anexos; promover la conservación y el uso racional de los recursos vivos marinos antárticos; prevenir y mitigar los impactos ambientales de las actividades humanas en la Antártica; monitorear los efectos del cambio climático en el continente blanco; y educar y sensibilizar a la población sobre la importancia del medio ambiente antártico.
  • Desarrollo regional: este eje tiene como objetivo potenciar el rol de la Región de Magallanes y de la Antártica Chilena como puerta de entrada a la Antártica, generando oportunidades de desarrollo económico, social y cultural para sus habitantes. Para ello, se busca integrar a la región en la planificación y ejecución de las actividades antárticas nacionales; impulsar el desarrollo de actividades económicas sustentables vinculadas a la Antártica, como el turismo, la pesca y los servicios logísticos; fortalecer las capacidades regionales en materia de ciencia, educación, cultura y salud antárticas; y fomentar la identidad antártica regional.

Actores e instituciones de la Antártica Chilena

La Antártica Chilena cuenta con diversos actores e instituciones que participan en el desarrollo y la implementación de la Política Antártica Nacional y el Plan Estratégico Antártico. Entre ellos se pueden mencionar los siguientes:

  • El Consejo de Política Antártica: es el órgano superior de planificación y coordinación de las actividades antárticas nacionales. Está presidido por el Ministro de Relaciones Exteriores e integrado por los Ministros de Defensa Nacional, del Interior y Seguridad Pública, de Economía, Fomento y Turismo, de Educación, de Medio Ambiente, y de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; el Subsecretario de Fuerzas Armadas; el Director Nacional del Instituto Antártico Chileno; el Intendente Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena; y un representante del Senado y otro de la Cámara de Diputados. El Consejo tiene como funciones aprobar la Política Antártica Nacional y el Plan Estratégico Antártico; proponer al Presidente de la República las medidas necesarias para el cumplimiento de los objetivos antárticos nacionales; coordinar las acciones de los organismos públicos y privados relacionados con la Antártica; y supervisar el funcionamiento del sistema antártico nacional.
  • El Comité Ejecutivo del Consejo: es el órgano encargado de ejecutar las decisiones del Consejo y asesorarlo en materias antárticas. Está integrado por el Director General de Política Exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien lo preside; el Director Nacional del Instituto Antártico Chileno; el Jefe del Estado Mayor Conjunto; un representante del Ministerio del Interior y Seguridad Pública; un representante del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo; un representante del Ministerio de Educación; un representante del Ministerio de Medio Ambiente; un representante del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación; un representante del Gobierno Regional de Magallanes y de la Antártica Chilena; y un representante del sector privado vinculado a la actividad antártica. El Comité tiene como funciones actualizar anualmente el Plan Estratégico Antártico; coordinar las acciones operativas y logísticas de los organismos públicos y privados relacionados con la Antártica; proponer al Consejo las medidas necesarias para el cumplimiento de los objetivos antárticos nacionales; e informar al Consejo sobre el estado de avance del Plan Estratégico Antártico.
  • La Dirección de Antártica del Ministerio de Relaciones Exteriores: es la unidad encargada de asesorar al Ministro en materias antárticas y coordinar las acciones diplomáticas relacionadas con la Antártica. Tiene como funciones proponer al Ministro las políticas y acciones que correspondan para resguardar los derechos e intereses nacionales en la Antártica; participar en las negociaciones internacionales sobre asuntos antárticos; mantener relaciones con los organismos internacionales, regionales y nacionales relacionados con la Antártica; coordinar con los demás organismos públicos y privados las acciones que correspondan para el cumplimiento de los compromisos internacionales asumidos por Chile en materia antártica; ejercer la secretaría técnica del Consejo y del Comité Ejecutivo del Consejo; y administrar los recursos asignados para el funcionamiento del sistema antártico nacional.
  • El Instituto Antártico Chileno (INACH): es el organismo técnico encargado de planificar, dirigir, coordinar y ejecutar las actividades científicas nacionales en la Antártica. Tiene como funciones proponer al Consejo las políticas y acciones que correspondan para fomentar la investigación científica en la Antártica; elaborar y ejecutar el Programa Nacional de Ciencia Antártica (PROCIEN)


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